No busques respuestas en mapas ajenos,
el alma conoce su propio sendero.
IJG.
Fui ceniza, fui tormenta,
fui silencio y fui dolor,
pero al tocar fondo supe
que en mí aún vivía el sol.
IJG.
No todo se dice en palabras,
no todo se expresa en la voz,
hay miradas que gritan ausencias
y abrazosque llevan calor.
El bosque despierta con suaves murmullos,
las hojas bailan bajo rayos dorados.
El viento acaricia cada rama dormida,
y la vida renace entre susurros callados.
IJG.
Las olas cantan con dulce ternura,
acarician la arena y besan la luna.
El mar es un sueño que nunca termina,
una eterna canción que siempre perdura.
IJG.
El sol despierta pintando los cielos,
de fuego y rosa, de luz y anhelo.
Las montañas se alzan en brillo dorado,
y el mundo renace, tranquilo y sagrado.
IJG.
El viento susurra secretos lejanos,
viaja sin rumbo, libre y liviano.
Sacude las hojas, despierta los campos,
y deja su rastro en los sueños humanos.
IJG.
Las montañas guardan susurros de antaño,
de vientos, de lluvias, de soles tempranos.
Majestuosas y firmes, testigos eternos,
cuidan el mundo desde sus tronos abiertos.
IJG.
El río serpentea, claro y brillante,
lleva secretos de tierras distantes.
Sus aguas susurran, ríen y corren,
espejo del cielo que nunca se esconde.
IJG.
El sol acaricia la verde pradera,
donde el viento danza y la flor se despierta.
Las mariposas pintan el aire de colores,
y el campo florece entre mil resplandores.
IJG.
La lluvia golpea la tierra sedienta,
y cada gota, la vida alimenta.
El suelo susurra, agradece y renace,
bajo el agua que limpia y todo lo abraza.
IJG.
Eres el sol que despierta mi vida,
la luz que ilumina cada herida.
Si tus ojos me miran, todo florece,
mi alma sonríe y mi miedo desaparece.
IJG.
Cada noche sueño tu risa,
una melodía que nunca termina.
Si la luna me escucha pedir,
solo tu amor quisiera vivir.
IJG.
Quisiera ser aire para poder rozarte,
vivir entre tus suspiros y nunca alejarme.
Eres mi deseo, mi sueño perdido,
la razón más bella por la que he vivido.
IJG.
Bajo el cielo, las estrellas murmuran,
que tu nombre y el mío juntos conjuran.
Si el universo nos quiso cruzar,
será porque juntos debemos estar.
IJG.
Cada palabra que dices me envuelve,
como el viento suave de una tarde dorada.
Tu voz es un eco que mi alma despierta,
y mi corazón, sin querer, se rinde y se entrega.
Si tus labios pronuncian mi nombre una vez,
será la melodía que no quiero olvidar.
Porque en cada palabra tuya me pierdo,
y en cada mirada, me vuelvo a encontrar.
IJG.
De todas las palabras que existen en el mundo,
las tuyas son las únicas que quiero escuchar.
Cada frase tuya es un verso escondido,
una dulce poesía que me hace soñar.
No hay poema que logre igualar tu sonrisa,
ni canción que describa tu forma de ser.
Porque tú eres la rima que nunca termina,
mi verso infinito, mi razón de querer.
IJG
Tus palabras son fuego que enciende mi pecho,
una chispa que arde y no quiere parar.
Cuando hablas, el mundo se calla a tu paso,
y solo tu voz me logra atrapar.
Si tus palabras fueran caricias suaves,
yo sería el viento que las quiere abrazar.
Porque cada sílaba tuya me salva,
y sin tus palabras, no sé respirar.
IJG.
Tus palabras son flechas que dan en el blanco,
y mi corazón es quien cae rendido.
Cada frase tuya me deja soñando,
como si el mundo entero hubiera desaparecido.
Si tan solo supieras lo que me provocas,
cuando tu voz rompe mi realidad…
Tendrías mi alma entre tus labios,
y no querría nunca despertar.
IJG.
Cuando hablas, el tiempo se detiene,
y mi mundo entero gira hacia ti.
Tu voz es el eco que mi alma sostiene,
la melodía que me hace vivir.
Cada palabra tuya es un dulce hechizo,
que invade mi pecho sin pedir perdón.
Si tus labios pronuncian mi nombre bajito,
será mi secreto y mi bendición.
IJG.
Cuando me hablas, el mundo se apaga,
y todo lo que queda es tu voz y yo.
Tus palabras son el refugio que mi alma busca,
el espacio donde todo tiene sentido y amor.
A veces siento que en cada sílaba me pierdo,
y en cada mirada, me encuentro una vez más.
Porque tus palabras son un canto eterno,
que me llama y me invita a quedarme más.
IJG.
Cada vez que me hablas, mi corazón late más fuerte,
como si tus palabras fueran una sinfonía en mi ser.
Tus frases son un suspiro que me derrite lentamente,
y con cada una, te quiero aún más, te quiero entender.
No sé si el sol brilla más cuando te escucho,
o si el mundo gira mejor a tu compás.
Lo único que sé es que tus palabras son magia,
y que cada una de ellas me hace soñar más.
IJG.
Hay días en que el mundo se apaga, y todo lo que queda es mi voz interior. Un susurro de dudas, de miedos, de sombras, un eco de todo lo que el alma calló.
No es tristeza, no es desamor, es simplemente el peso del tiempo. Es la sensación de ser solo un suspiro, perdido en el vasto firmamento.
IJG.
La soledad susurra en la penumbra,
como un eco que nunca se va.
Es un viento frío en el pecho,
una sombra que no deja de hablar.
Camino entre calles vacías de voces,
pero llenas de recuerdos sin fin.
En cada paso, el silencio me abraza,
y en su calma, aprendo a existir.
IJG.
La soledad no es enemiga,
aunque a veces duela su abrazo frío.
Es la sombra que sigue mis pasos,
y el reflejo en el río del olvido.
Me habla en las noches calladas,
cuando el mundo decide dormir.
Y en su murmullo distante,
me enseña a sobrevivir.
IJG.