En la noche callada te busco en el viento,
las estrellas me guían con su parpadeo lento.
La luna, celosa, nos mira brillar,
testigo silente de nuestro soñar.
Tu voz es un eco en la brisa dormida,
tu abrazo, refugio de mi alma perdida.
Y mientras la sombra nos quiere abrazar,
en la noche eterna te vuelvo a amar.
Eres el sueño que no despierta,
el mar que nunca toca la arena,
una estrella que brilla inquieta
pero que jamás se enreda en mi pena.
Eres la voz que el viento ahoga,
la caricia que no llegó,
un suspiro que el tiempo roba,
un destino que nunca nos juntó.
Éramos todo, fuimos nada,
un beso al alba, puerta cerrada.
El tiempo calla, la sombra queda,
amor distante que ya no espera.
Un suspiro, un destello, un instante,
miradas que arden, promesas vibrantes.
Un beso robado, un latido en la piel,
el tiempo se quiebra, se vuelve pincel.
Dibujas mi risa, se funde en la brisa,
pero el alba despierta y el sueño desliza.
Te busco en el aire, en sombras, en luz,
más solo el recuerdo me tiende su cruz.
Bajo la luna, tu voz es brisa,
susurro eterno que me hipnotiza.
En la sombra, tu piel, estrella,
fuego y calma, luz que destella.
La noche guarda nuestro secreto,
un beso al viento, un dulce reto.
Si el alba llega y nos separa,
en cada estrella mi amor te ampara.
Que tengan una linda noche
La Vida nació con el alba dorada, tejió primaveras, ríos y estrellas, y en su fulgor, radiante y callada, susurró su amor a la Muerte bella.
La Muerte, vestida de sombras y frío, miró a su amada con triste ternura, pues aunque anhelaba fundirse en su río, su toque sellaba toda aventura.
"Bésame," dijo la Vida insistente, "hazme eterna en tu oscuro edén." Mas la Muerte, doliente y prudente, respondió: "Te amo... pero esperaré."
Asídanzan juntas, destino y sendero, la Vida creando, la Muerte en sigilo, amantes distantes, unidas sin tiempo, jurándose amor en cada latido.